Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

domingo, 18 de octubre de 2015

Un pedacito de felicidad

Trabajar al igual que estudiar son facetas necesarias para cualquier ser humano. Ambas actividades dan beneficios a quien las practica. Estudiar desarrolla la habilidad del discernimiento y trabajar permite recibir una retribución que facilite la atención de necesidades humanas, ambas retribuyen felicidad. Cuando de retribución hablamos, recuerdo mi primer auto, negro, pequeño pero muy cómodo. En esa época se iba al concesionario y podías probar cada modelo disponible, decidías el color entre varios, quizás 3, 5 o más.
Comprar un carro nuevo en agencia es un sueño que vive en la mente de toda y cada una de las personas que estudian, trabajan y desean independencia, o al menos la mayoría de ellos. En algunos países lo usan para ir a trabajar, en otros solo para ir de paseo, varía de acuerdo a las condiciones del transporte público, los altos costos de la gasolina y algunas otras razones. Por ejemplo, en Múnich, Alemania, gracias a normas ambientales, los vehículos han sido clasificados y no todos pueden circular dentro de la ciudad, por lo que, personas con autos sin permisos respectivos, se detienen en las estaciones de tren y recogen el auto al volver.
En Venezuela, el sueño existe, tener un vehículo para no depender del deteriorado transporte público. En la actualidad, un utópico sueño. Los concesionarios están vacíos, bajos salarios y la alta inflación, el parque automotor es antiguo con excepción de los repetidos autos chinos, según muy económicos pero que no tienen venta libre, son asignados dedocráticamente o revendidos a precios inalcanzables para la mayoría de la población y los modelos de las más importantes marcas capitalistas, son importados por los personeros conectados al gobierno con disposición de la moneda extranjera, controlada por el gobierno desde el año 2003.
Retomando, mi primer auto es pequeño, color negro, económico, el color fue escogido entre 4 posibles. Como si hubiese sido este año, Las llaves, el asiento, sonido del arranque, el radio original, causan una sensación única, se puede recordar con solo cerrar los ojos. El lugar, olor y los detalles de ese primer día, fácilmente recordables.
Esta semana, 9 años después de la compra de ese primer auto, sigue dando alegrías, se hizo extrañar. Tristemente, trae alegría, 3 meses sin batería, estacionado por la poca disponibilidad en el mercado, motivado por la regulación de sus precios, la corrupción desatada por los distribuidores y mafias. La política del gobierno nacional de regular los precios en productos y ordenar a los cuerpos de seguridad el resguardo en la distribución, se ha convertido en una cotidiana actividad, catalogada como estrategia económica que ha destruido las libertades de producir, vender, escoger, adquirir, entre otras, favoreciendo a grupos corruptos.

Las carencias que se sufren hoy en Venezuela son muchas, quizás el vehículo con sus accesorios, la más frívola, de tantas. El sistema improvisado de gobierno, de actuación maligna, le ha quitado tanto al venezolano, que obtener una harina para la arepa mañanera, una canilla en la panadería para cenar, unos pañales para el abuelo que vive en una cama, la medicina del paciente recluido, la leche para el recién nacido o la batería del único medio de transporte de una familia, es para todos, ustedes y nosotros, entre tanta podredumbre, un pedacito de felicidad.

domingo, 11 de octubre de 2015

No más legado señor

El populismo con su estandarte ha acelerado y extendido el culto al fallecido líder revolucionario. Desde la confirmación de su muerte se ha iniciado una campaña por inmortalizarlo que va paralela a la que el labró en sus períodos presidenciales. El monumento en la montaña fue el primero post mortem.

Con la intención obligatoria de crear un nivel de magnanimidad a la figura del de cujus, se ha hecho presente la creación de publicidad, pancartas, vídeos y vestimenta cual marca comercial capitalista, pare usted de contar.

La razón de la constante  efigie, repetida en espacios públicos, eventos, complejos y hasta la imposición de su nombre a lugares, avenidas y obras, entre otras, no es más que la necesidad de elevar al finado al estatus celestial, el de revolucionario que no pudo ser interpelado por los desmanes y penurias que vive Venezuela desde hace más de una década.

 En este momento, en que Venezuela se encuentra en la peor crisis de la historia, donde algunos comen lo que consiguen en la diezmada variedad de alimentos, otros lo que pueden comprar con su débil salario en bolívares fuertes y algunos que consumen lo que la suerte o la dádiva socialista les alcanza; se hace redundante y sin sentido, la aparición de consignas y pregones para falsos salvadores, redentores de un país batido.

El crecido rechazo al gobierno en turno y el inminente encuentro con el evento electoral, ha apresurado el impulso vago por destacar bondades en revolución que desencajan con la realidad venezolana. La supuesta credibilidad del gobierno y la fidelidad de sus seguidores pasan por discursos repetidos con alusiones al muerto, por franelas y vallas tiznadas con la mirada vigilante, murales con falsas y rojas firmas; y por emisiones desafinadas del himno nacional en voz del "salvador" socialista.

Se evidencia el apuro por dejar una huella imborrable del socialismo siglo XXI. Las imprentas trabajan con prisa, titulares irreales con adulación penosa pero sin limitación de papel, así esparcen su tinta en la gran red comunicacional gubernamental que busca imponer una ideología fracasada, heredada desde el más profundo resentimiento comunista.

Parece no perciben el legado ya consumado. No hacen falta paredes manchadas, ni más discursos de alabanza. Él, el eterno, vive en los rastros de su gobierno, en la sombra del heredero monárquico. El sistema de salud en sí mismo es el legado, sin insumos ni médicos, gracias al más alto porcentaje de exportación profesional, consecuencia de los pírricos ingresos de los profesionales, toda una bandera ese legado. 

La delincuencia también se manifiesta con impunidad en su máximo exponente, la corrupción presente a todo nivel desde las oficinas con altares hasta los despachos con fotos y cuadros del extinto, eso también es legado.

 La hegemonía comunicacional que a fuerza de reproche y persecución de quien critica es un comportamiento antipatriota, sumándose al legado de las penurias y los antivalores que dirigen la comarca.

 ¡Más legado camarada!, no hace falta. ¡Paren las imprentas!, el legado ya ha cuajado. Destrucción y depresión, represión al que no acepte, descalificación a quien no guste. Quien denuncia, te prejuzga, te juzga y te condena.

Por cierto, en la Alemania post nazi permanecen monumentos, lugares y museos donde se exhiben muestras reales de las desgracias y daños perpetrados por Hitler y sus seguidores contra el pueblo Judío, el mundo e inclusive contra el mismo pueblo alemán, legado de la Alemania actual y moderna. Por eso en Venezuela, ¡No más legado señor!, suficiente que mostrar.    

sábado, 10 de octubre de 2015

Farmacias seguirán con los anaqueles vacíos

El ministerio de salud dispuso providencia administrativa con altos aranceles para las farmacias

La providencia administrativa fue sancionada por la contraloría sanitaria, órgano dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Salud el 11 de septiembre de 2015. En este acto administrativo se obliga a droguerías, expendios y farmacias al pago excesivo de tasas por permisos de instalación, funcionamiento y cualquier simple acto que deba realizar el farmacéutico por ley, en representación del establecimiento al cual regente. Los aranceles son hasta de 100 unidades tributarias por trámite.
Los últimos años de la economía farmacéutica en Venezuela han sido difíciles. El control cambiario, la disminución y el retardo en la entrega de divisas son dos elementos que siguen perjudicando la adquisición de los principios activos necesarios para la fabricación de los productos farmacológicos que se distribuyen a los establecimientos farmacéuticos.
La Federación de Farmacéuticos de Venezuela y sus distintos miembros a nivel nacional se han quejado públicamente de la normativa, alegando que los pagos exigidos por la administración pública, incidirán en la estructura de costos de los medicamentos, acto que  dificulta la adquisición de medicinas y podría provocar  el cierre de farmacias, así como socavar el bolsillo de los ciudadanos que deberán asumir los altos precios en el mercado. 
El gremio farmacéutico, se dirigirá al Tribunal Supremo de Justicia con la finalidad de solicitar la nulidad de la providencia administrativa, por cuanto considera ilegal y contrario a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cobro de tasas por obligaciones y tramitaciones inherentes al ejercicio de la profesión farmacéutica, las cuales no han sido sancionadas por Ley.