Mantener la libertad, atesorando lugares donde se ha podido expresar abiertamente, sin
perder la paz e independencia, es prioridad en el ser humano hecho adulto, incluso en países con regímenes no democráticos donde pareciese un imposible, se
intenta pese a la posibilidad permanente de no ser libre.
Por años Venezuela, ese país en el que ahora, es costumbre anhelar la plenitud pasada, sufrido hoy entre calamidades, resistió al temor a ser igualado en miseria con Cuba, un temor que creció rápidamente para dejar de existir, se ha extinguido.
"Ahí vamos pareciéndonos a
Cuba", decía cualquiera. De ser un chiste incrédulo, una broma que especulaba con un peligroso futuro, se convirtió en un temor formal a ser otra isla, una más regentada
por totalitaristas.
Para la fecha en que se publican
estas líneas, el pavor se ha ido. Así como los niños dejaron sus miedos, se ha esfumado ese temor. El plan siniestro de quienes manejan los hilos
de poder se concretó, lograron asemejar a la Venezuela de posibilidades con el lastre
cubano.
Venezuela y Cuba o viceversa,
cada día más símiles sin importar el orden en que se observe. El sistema de
una es el de la otra. El experimento importado hasta Caracas ha dado el mejor fruto,
una mutación permanente que alimenta la capacidad de un sistema retrogrado para mantenerse en pie en 2020 y más allá.
Libertades cercenadas, hambre, detenciones
arbitrarias, fallecidos sin atención sanitaria, corrupción, dádivas como salario, colas para adquirir
productos, delincuencia, nacionales en el exilio, falta de gasolina, apagones, bodegones en divisas y pare usted de
contar, son prácticas afianzadas en ambos islotes.
Ahora que son dos gotas de agua y la franquicia cubana se ha esparcido sembrando
carencias entre carencias,
Así como los niños dejaron de
temer al coco para temer como adultos, en Venezuela ya no se teme ser como Cuba. La supervivencia apremia arreando vidas agotadas de una población que ha anticipado su vejez, mientras sigue soñando ser libre y solo teme al olvido.
@sapl42
No hay comentarios.:
Publicar un comentario