Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

viernes, 14 de octubre de 2016

El gobernante no quiere control

Los regímenes constitucionales aparecieron más que para delimitar las reglas y normas de la población que reside en un territorio para ordenar el estado, sus instituciones y sus funciones. Aquellos sistemas de gobierno donde un jefe supremo se amparaba en un supuesto poder celestial, el cual le era asignado por los dioses mientras tomaba la siesta ó aquellos poderes transmitidos por herencia de supuestos linajes y puras castas de la realeza son solo parte de los guiones de películas épicas romanas y sus tiranos emperadores.

El nacimiento y la proliferación de sistemas de gobiernos constitucionales en el mundo posibilitan en mayor porcentaje las garantías democráticas aunque no basta solo con redactar constituciones, el efectivo cumplimiento de los preceptos constitucionales va de la mano al correcto funcionamiento de las instituciones, y este, a la moralidad y ética de los funcionarios, primeramente aquellos en funciones de dirección.  

Para cada poder, llámese ejecutivo, legislativo o judicial, clásicamente hablando, se establecen funciones y controles que en corresponsabilidad con la teoría de la división de poderes de Montesquieu, mantienen el equilibrio y evitan la invasión del espacio de cada uno en el ejercicio de sus facultades. Está organización tiene su esencia, evitar la concentración de poder, pozo de proliferación de abusos y tiranías.  

La relación entre el poder ejecutivo y el poder legislativo podría marchar con menos tropiezos cuando coincide en ellos la mayoría parlamentaria de un partido político y el presidente de la nación de la misma tolda, por eso de la camaradería, razón contraria a los valores éticos y morales recientemente mencionados.

El poder legislativo independientemente de la cantidad de parlamentarios a favor o en contra del poder ejecutivo, tiene además de su labor en la creación de leyes, la de controlar el ejercicio del ejecutivo, a los fines de resguardar la integridad de la nación. Por ejemplo, la facultad de aprobación del presupuesto de la nación de la Asamblea Nacional venezolana, es un control al ejecutivo que intenta evitar la disposición de recursos atendiendo a criterios personalísimos, que busca impedir que el dinero público vaya a fondos de corrupción o simplemente no sea el dinero distribuido equitativamente entre las instituciones.


Cada poder tiene claros procedimientos y herramientas dentro de la constitución para que así prevalezca el pensamiento democrático. Saltarse normas, la constante incitación a la usurpación e invasión de poderes nos aleja de la democracia y nos retrocede a los períodos aquellos de tiranos emperadores y gobernantes sin control.

Simón Peraza 
@sapl42

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