Agradecemos desde Venezuela
que la Organización de Estados Americanos haya invocado La Carta Democrática
esta vez, ha sido como descubrir que Santa no viene en trineo, no entra por una
chimenea, no trae los regalos en diciembre, ni existe. Después de tantas veces
escuchar y ver como venezolanos en representación de su país destruido viajaban
intentando impulsar una herramienta nunca vista, pensamos era mentira.
Escuchando posturas diversas
de las últimas reuniones que intentan a la fecha buscar soluciones para
Venezuela, me pregunto cómo venezolano, ¿De verdad quieren ayudar?, son tanto
años pidiendo ayuda que cuesta creer, será que los miembros, representantes de
los países que integran la OEA sufren del mismo mal que el gobierno venezolano,
miedo a perder el poder que les permite llenar sus bolsillos, temor a no
ingresar sus beneficios generados por la corrupción, narcotráfico y todo tipo
de negocio o simple miedo al fuego que pudiese alcanzarlos.
Ahora bien, dando el
beneficio de la duda y pensando que todo sus miembros o al menos la mayoría de
ellos están actuando de buena fe, deberían entonces proponer y solicitar al
estado venezolano, fijar el cronograma para realizar un referéndum revocatorio
en corto plazo que cuente con la observación internacional, la cual el Estado
venezolano, supuestamente bañado y curado de democracia no ha permitido en sus
casi 20 años de regencia.
Que el gobierno venezolano
no solicitase la aplicación de la carta interamericana no puede ser el
fundamento para retrasar la aplicación de la misma. El representante de
Venezuela ante el organismo, expresó: “Sería absurdo presentar un proyecto
donde el país involucrado no participó”; frase a la que cualquier venezolano
podría responder alegando que: Sería más que absurdo esperar que un gobierno
que lleva años negando inseguridad, narcotráfico, corrupción, caos, crisis, que
ha sepultado principios constitucionales con acciones y omisiones como la
negativa a recibir ayuda humanitaria para solventar la crisis salud o la dilatada
activación del referéndum revocatorio, quiera
ser definido abiertamente como régimen, como un sistema no democrático con sus
pilares socavados.
Es necesario para quienes
integran actualmente la OEA, recordar que Venezuela no tiene días, meses, un año
o dos, sufriendo por un gobierno y un sistema fracasado que hizo más pobres a
los venezolanos, que ocasionó la peor crisis alimentaria que pueda recordarse y
que causó la migración venezolana más importante en la historia, la de
venezolanos que no querían irse de su país y sumando.
La crisis nacional venezolana
tiene muchos años, el gobierno actual ha buscado culpables en todos los
rincones, oposición, empresarios, golpistas, países varios, invasiones,
economía mundial, el fenómeno el niño, entre otros. Corresponde a los miembros
de la OEA recordar las negociaciones estériles, diálogos internos, diálogos con
mediadores, con ex presidentes como testigos que se han efectuado con el
gobierno venezolano durante sus casi dos décadas de gobierno en los que por
cierto, nunca han asumido culpabilidad en alguna de las injusticias, penurias y
tristezas que viven los venezolanos.
Ahora que la OEA ha mostrado
la carta interamericana que no gusta al gobierno venezolano, con la que se
dispone visibilizar la realidad de un gobierno no democrático, aferrado al
poder y distanciado de las necesidades de sus habitantes, no pueden dejar de
incluir y exigir imperativamente la calificación de los hechos negativos
accionados y omitidos por el gobierno venezolano para resolver los problemas de
los venezolanos, evidenciar con claridad y contundentemente los derechos
humanos flagrantemente violentados, la necesidad de liberación inmediata de los
presos políticos, y la más importante, por su implicación, instar al gobierno
venezolano y sus instituciones a la realización transparente y oportuna del referéndum
revocatorio en el año 2016, un derecho constitucional que no puede ser objeto
de dilaciones que abriría la posibilidad de escoger un nuevo gobierno que
permita cambiar el sistema actual y sus controles que siguen perjudicando fatídicamente
a todos los venezolanos para garantizar así, el único acto de mediación posible.
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