Hemos sido timados. Muchos lo
vaticinaron, otros se esperanzaron y se desilusionaron, unos pocos siguen
creyendo, lo cierto es, nos estafaron.
Llegaron al poder vestidos con ínfulas de mesías, mostrando credenciales de salvadores. Llegaron como la solución, confundiéndose y bañándose de pueblo, declarando a la prensa las proezas y planes para acabar con la pobreza y la corrupción, hoy es una cúpula que sigue dirigiendo sin rumbo pero con fracaso como destino.
Llegaron al poder vestidos con ínfulas de mesías, mostrando credenciales de salvadores. Llegaron como la solución, confundiéndose y bañándose de pueblo, declarando a la prensa las proezas y planes para acabar con la pobreza y la corrupción, hoy es una cúpula que sigue dirigiendo sin rumbo pero con fracaso como destino.
Evitar ser como gobiernos pasados
fue su premisa, gritaron a vox populi: ¡No volverán! Lo cierto es que nunca se
fueron, se vistieron de tono sangre y se hicieron llamar revolucionarios. Desde
que agarraron el coroto y hasta la fecha, han cambiado logos, nombres, pasajes
históricos. Los nombres de ministerios se convirtieron en largas retahílas con
el prefijo obligatorio: “Poder Popular”, para que así el pueblo sintiese que gobernase
y dirigiese la manera de seguir siendo pobres, pobreza que aumentaron el mesías y
su discípulo, fracasados.
La ducha de pueblo bañó, baña y
sigue bañando. Cadenas y cadenitas con monólogos y participación popular
supervisada, simulan contribución, pero si, el pueblo decide sobre lo
decidido.
- ¿Quieren más poder popular para el pueblo?
Y el grupo presente murmulla:
- Si.
El verbo, la palabra, el
discurso, elemento fundamental del timo revolucionario, cual mago que presenta
su acto de magia y distrae con verborrea de antesala. Pueblo, gobierno, estado,
patria, nosotros y ustedes, son para sus fines términos iguales, no hay
diferencia, un ejemplo:
-
…para que el poder del pueblo gobierne y cree
la patria de nosotros…
Distorsionar el verbo, confundir términos,
crear discursos sin contenido pero con mucha terminología popular, es sopa
para la gente, que digo para el pueblo, para la patria, el estado, ustedes o
nosotros, como sea.
Otra parte del chantaje, el
discurso de entretenimiento. A falta de la rochela, la consigna es: Te
distraigo con palabras, un poquito de odio, un chistecito o una canción mal
interpretada, y si con eso no es suficiente, bailar también es posible, eso sí, preferiblemente en cadena y para cerrar un grito de apoyo que suene bien patriotero, lo
tengo: ¡Así es que se gobierna!
Y para que el pueblo gobierne
más, mientras la pobreza se enquista, al pueblo que se inscriba en un grupito,
en la cadena de mañana lo nombran. Una patrulla, un patrullero; una comuna, un
comunero; y que sigan gritando, ¡Así es que se gobierna!
Años han pasado, corre la segunda
década en desidia, la pobreza y el mal vivir no se puede ocultar con la red de
medios, ni con consignas, ni con el verbo, ni con maromas. El legado es
corrupción, no es dictadura pero tampoco es democracia, es un sistema más
perverso que se camufla de inocente, que se vale de las necesidades básicas del
ser humano mientras saquean el dinero de la nación, la pobreza aumenta y los
bolsillos de un grupo se llenan.
hemos sido estafados pero: ¡Así es que se gobierna!
hemos sido estafados pero: ¡Así es que se gobierna!
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