Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

Lecturas

Por acá podrás revisar algunos libros recomendados. 


El coronel no tiene quien le escriba

El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por Gabriel García Márquez durante su estancia en París, adonde había llegado como corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine, a mediados de los años cincuenta. El cierre del periódico para el que trabajaba le sumió en la pobreza, mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda…



La autobiografía del padre del Nuevo Periodismo.
 

El hijo de un modesto sastre italiano que se convirtió en una leyenda del periodismo, el hombre capaz de todo por contar una buena historia —desde rastrear a los tipos más excéntricos que pululan por Nueva York hasta intimar con un temible clan de la mafia italoamericana, desde frecuentar comunas nudistas hasta investigar la vida de estrellas del deporte y del espectáculo después de que se apaguen los focos—, habla en primera persona. 


El retrato de sus familiares, sus restaurantes predilectos en Manhattan, el escandaloso caso Bobbitt o los entresijos de sus libros más recordados se dan cita en estas páginas deslumbrantes. 

«Excelente y delicioso de leer… Es como si detrás de los elegantes e impecables trajes a medida de Talese hubiese un corazón voraz de esponja, que absorbe el mundo y lo va exprimiendo luego a cuentagotas, a través de los años.» 

TREVOR BUTTERWORTH, The Washington Post


‘El viejo y el mar’ (‘The Old Man and the Sea’) es una novela escrita por Ernest Hemingway en 1951 en Cuba y publicada en 1952. Fue su último trabajo de ficción importante publicado en vida y posiblemente su obra más famosa. Un viejo lobo de mar está pasando una racha de mala suerte: hace 84 días que no logra capturar un solo pez. Todos los habitantes del pueblo se burlan de él, excepto un niño, que le mira y ayuda. Ambos deciden que el día siguiente será bueno para la pesca del pez espada. Todavía es de noche cuando se levanta, prepara los aparejos y se lanza a la mar con su pequeña barca. En alta mar, el viejo pone diversas carnadas. De pronto, la línea comienza a moverse. El viejo no puede controlarla. Se trata de un gigantesco pez espada. Cuatro horas más tarde, el pez se sacude en la superficie del agua y arrastra a la barca. El viejo lo sostiene con el sedal enrollado alrededor del cuerpo. No hay tierra a la vista. Ahora, mar adentro, el viejo sostiene en su línea al pez más grande que jamás había visto.



El insomnio y una persistente inquietud acompañan la jubilación del oncólogo Miguel Sanabria, que siente cómo la situación política ha emponzoñado su país, Venezuela, y también su vida, dirimida entre el extremismo antichavista de su esposa y el radicalismo bolivariano de su hermano. Esos desajustes irán en aumento en cuanto su sobrino Vladimir, recién llegado de La Habana, le pida que esconda un teléfono móvil en el que hay una grabación comprometedora y secreta de Hugo Chávez en un momento avanzado de su enfermedad.



Entretanto, un periodista en paro, Fredy Lacuna, que intenta investigar sobre la enfermedad del presidente, se resiste a dejar el apartamento que le reclama la dueña, recién regresada de Miami; una estudiosa estadounidense, Madeleine, obtiene un contacto importante para completar su ensayo sobre el carisma. Y María, una niña de nueve años que vive encerrada en casa con su madre por la violencia que se ha adueñado de la calle, logra encontrar un amigo por internet.


Los litigantes


En un barrio degradado del sur de Chicago se encuentra el bufete de abogados Finley Figg. Defienden a algún conductor borracho, tramitan divorcios sencillos y sobre todo buscan clientes en los pasillos de urgencias de los hospitales cercanos. Desde hace veinte años se ganan mal la vida juntos y discuten a diario como un matrimonio. Pero todo esto cambiará con la llegada de David Zinc, un joven abogado totalmente quemado de su experiencia en un gran bufete prestigioso. Se topa con ellos el día en que decide que no aguanta ni un minuto más y se marcha de su oficina para emborracharse hasta caer redondo en la puerta de Finley & Figg. Cuando recobra la sobriedad, les pide trabajo. Ahora que son tres abogados les llega el caso más importante de sus vidas, un caso con el que podrían ganar una fortuna, pero en el que ninguno de ellos tiene ni la experiencia ni los conocimientos para afrontar.


Doña Bárbara

Doña Bárbara desarrolla un tema paradigmático en la literatura hispanoamericana: el conflicto entre civilización y barbarie. Para el autor, dicha barbarie puede ser superada mediante la educación y el control del instinto. Al lado del colombiano Rivera, Gallegos explora esa intensa y compleja relación del ser humano con el paisaje, mostrando de qué manera los seres pueden llegar a la degradación, por la ambición, la avaricia y el ansia del poder. El escenario de este drama es el llano venezolano, que el autor pinta con una plasticidad magistral, tanto en sus descripciones como en la construcción de personajes. Esta novela refleja la cultura venezolana del vigésimo siglo temprano, de sus opiniones hacia americanos, y de la vida típica en los llanos venezolanos. El lenguaje utilizado en este libro mantiene verdad a los términos familiares usados en la región del país en donde la historia ocurre.







Mi don… Es difícil de explicar. Cómo aprendí a utilizarlo es mucho más extraño de relatar. Pero deseo hacerlo. Deseo contároslo. Hay cosas, detalles pequeños que forman parte de uno mismo y te hacen ser como eres. Y el don era algo que me definía. Aunque lo utilizaba muy poco. Hacía que me sintiera más vivo. Si hubiera tenido conectado el don cuando vi a la chica del teatro quizá no hubiera experimentado lo mismo por ella. Lo que sentí fue primario, fue muy auténtico. Cómo la podía añorar tanto sin conocerla. El ser humano es mágico e indescriptible. Notaba algo especial al volver a recordarla. Una confianza que no debe surgir entre desconocidos pero que a veces existe y es más intensa que la que sientes por alguien que forma parte de tu entorno desde hace más de veinte años. Ella no se había percatado de mi presencia, no había sentido cómo mis ojos no le habían quitado la mirada ni un solo instante.





-Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya.

Así comienza el anónimo que recibe Fredrerick Starks, psicoanalista con una larga experiencia y una tranquila vida cotidiana. Starks tendrá que emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la existencia imposible.




Casas muertas es un clásico de la novela latinoamericana, que situó a Miguel Otero Silva en un primerísimo lugar entre los escritores de su generación. Es la crónica de un pueblo tropical, Ortiz, condenado a desaparecer por la decrepitud de sus propias estructuras y el desánimo de sus antiguos pobladores. Magistralmente escrita, con serenidad y concisión, pero también con melancolía y momentos de concentrado lirismo, sus personajes cautivan por su intensidad sin estridencias ni detalles superfluos.  

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