Encuentro de dos mundos, día de la raza, resistencia indígena o descubrimiento de América, todos son nombres que intentan etiquetar el origen del gentilicio, un sentimiento nacional, una carga de ADN mixta, un poquito de cada estirpe.
Este tema, muy popular en el discurso del gobierno de turno, ha permanecido como parte de la sectorización de la población, intentando una vez más dividir Venezuela, fragmentar la Venezuela de genética mixta para sus fines.
Tan cierto es, que nuestro origen no es únicamente español, como tan cierto es, que no somos indígenas, tampoco negros. Somos la unión de varias generaciones de esas razas, que no han sido puras desde hace muchos años y seguirán mezclándose.
El origen de esta raza no es solo indio, no es solo negro y no es solo español; por eso, apartar una u otra raza para satisfacer deseos políticos y fragmentar a la población con falsas teorías es un gran error, es crear grietas en la sociedad que nada aportan al desarrollo nacional.
Los españoles llegaron a estas tierras, compartiendo con nativos, justicias e injusticias; así mismo trajeron con ellos esclavos negros, todos involucrados en el nacimiento de la historia. Posteriormente, el imperio español que dominó por muchos años el territorio venezolano, cayó por la justa independentista, hecho de orgullo para toda la población sin excepción, pero es imposible ocultar, que España dejó en la gente una carga de cromosomas considerable y costumbres hechas nuestras, como el idioma y la vestimenta, que al igual que las lenguas indígenas o el baile de tambor pertenecen al venezolano.
Libertad al conmemorar esta celebración es el mejor homenaje que puede hacerse como sociedad que cada día se nutre de más linajes; portugueses, italianos, árabes, chinos, entre otros, aportan matices a la raza. Tildar una fecha como celebración indígena, negra o blanca, sería discriminar a los forjadores de la historia, historia que celebra cada 12 de octubre, la raza mixta.
Simón Peraza Lazarde
@sapl42
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