Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Otro presidente que ofende

Expresiones como: “El mundo está patas arriba” pudieron escucharse en la calle luego de conocer los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Impensable en la comunidad internacional la victoria del candidato Donald Trump, boquiabiertos quedaron unos cuantos ante lo que los analistas describen como una catástrofe.
La antiquísima pero vigente serie animada americana Los Simpsons pudo de forma profética hace más de una década, lo que nadie hizo o quiso ahora, pronosticar una victoria de Trump en las presidenciales norteamericanas.
Inclusive días después de la victoria –inesperada-, los medios de comunicación anuncian al nuevo presidente con dudas, como si fuese un sueño -o más bien una pesadilla-. El voto latino supuestamente negado para Trump no impidió que ganase estados como Florida, Texas y Arizona, regiones con altos porcentaje de población de inmigrantes y descendientes de inmigrantes.
La lectura de los medios y los encuestadores estuvo alejada de la verdad por descuido, omisión o con intención, realidad que compareció con los resultados y agarró desprevenidos a la población citadina de cada estado, momento para recordar al Doctor Iván Abreu Sojo: “Las encuestas suelen ser noticias cuando se equivocan en sus resultados”. La campaña dirigida a los americanos olvidados, campesinos, obreros, despertó a quienes no acostumbraban a participar y sin importar el pasado histórico del candidato, su lenguaje soez y su poca o nada experiencia política, fue elegido.
Son muchos los mensajes que pueden leerse de este proceso electoral. Los países más desarrollados son susceptibles de escoger productos mediáticos y no proyectos favorables para la sociedad; también podría ser una tendencia repetida en el tiempo por países de todo el globo, la escogencia de gobernantes arrogantes, altaneros y hasta racistas; Y por último, que los cuerdos son otros, que no valía la pena aprender en la escuela los valores morales, el respeto y las normas de comportamiento para tener un trabajo, ni para ser presidente.
Ahora bien, en Venezuela con casi dos décadas de experiencia con gobernantes despóticos y excluyentes en todos los niveles jerárquicos, podría compararse al recién electo en el norte con cualquier personaje revolucionario en su forma de expresarse. Podría compararse con el profesional del eructo de malta, con el que inventó la lista de escuálidos, o con el que insultaba en cadena antes u ahora. 

Moda adoptada, importada o con estrategia copiada, Trump lo logró, con dificultades para ocultar su carácter racista, clasista y xenófobo alcanzó su cometido, es el presidente electo. Ahora queda esperar y ver si los hechos se corresponden con sus discursos; si hay suficientes ladrillos y mano de obra para encerrarse detrás del muro.

Simón Peraza Lazarde
   @sapl42   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario