Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

viernes, 26 de abril de 2019

Jonás y Víctor: Una vida en el béisbol formando peloteros


Unas cuantas generaciones han aprendido a jugar pelota bajo la tutela de este par de instructores. Con dedicación, siguen enseñando a respetar, fildear, batear y pichar.

Un campo de beisbol bajo el sol de una tarde, puede significar muchas memorias para cualquier venezolano. Un hit, un doble play, una buena atrapada, un jonrón, un ponche tirándole, seguramente un buen recuerdo de infancia.

Apreciar el diamante y lo que implica tendrá más sentido dependiendo del ojo que lo perciba. Por ejemplo, para los niños que acuden a la Escuela de Beisbol de La Asunción, es un parque donde aprendes divirtiéndote y haces amigos. Para sus padres que les acompañan o dejan en la práctica deportiva, un breve y merecido descanso.

Victor Luna lanza la pelota a los niños. 
En cambio, los entrenadores de esos niños tienen una percepción distinta. Al menos es el caso de: Víctor Luna y Jonas Quijada, que tienen más de tres décadas formando niños en el beisbol y ven el terreno como su oficina, el trabajo perfecto al que hace alusión la frase atribuida a Confucio: Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

La práctica de hoy no ha finalizado, el equipo de los niños que batean debe ir a cubrir el terreno y viceversa. Desde lejos un pequeño grita: ¡Víctor! ¡Víctor Luna! ¿Qué posición me toca?, mientras el entrenador le coloca el zapato y amarra los cordones a otro niño que corriendo había perdido el calzado.

En una cancha contigua, está Jonas. Él está con otro grupo que apenas aprende a utilizar guantes, lanzándoles pelotas de tenis. Cada vez que lo hace, se dirige a ellos por el nombre de pila y les anima a agarrarla: ¡Qué buena atrapada! ¡Bien hecho!

Todas las semanas, acude Víctor en bicicleta desde su hogar para atender a los pequeños, que con mucho cariño lo distinguen como un buen amigo, papá e incluso abuelo. “Todos me respetan familia. Aunque ahora hay muchos hiperactivos, que agarran la piedrita, la lanzan”, comenta con una sonrisa Luna.

Irrespetar a Luna sería una contradicción, se dirige a todos iniciando o concluyendo frases con la palabra familia, amable trato que usa sin distinción. “Familia, para los tremendos tenemos solución, cuando se pelean, los pongo agarraditos de mano. Sigo la práctica, cuando se fastidian los incorporo de nuevo”, detalla.

Los niños se preparan para correr las bases.
En relación a los cambios en el entrenamiento con chicos, explica Jonás que “actualmente en las categorías inferiores utilizamos pelotas de tenis, con eso evitamos lesiones y traumas. Siempre recordamos el caso de un niño alto que fue incorporado a un equipo avanzado y recibió un pelotazo con Wilson o Tamanaco. Bueno, ese niño no jugó más”.

Asimismo, narra que el aprendizaje es un proceso de transformación que significa dominar la pelota. “Cuando lo hacen, empezamos a entrenar con la pelota de Kenko, una goma maciza, que también pega duro pero menos que la de cuero”.

Víctor Luna también lo entiende así y reconoce que la mayor dificultad de los chicos al aprender beisbol, es: “Quechar,  usar el guante. Ese es el primer toque que deben aprender cuando ingresan que llegan de cero”. 

Complementa Jonás diciendo, que los infantes de ahora aprenden mucho más rápido. “No sé, si son los videojuegos o videos, pero lo hacen e imitan a jugadores profesionales. Quizás por eso ahora maduran antes, por ejemplo, los profesionales a los 25 están en su punto y a los 35 están para el retiro”.

Ambos entrenadores, no saben a ciencia cierta cuantos jóvenes han educado en valores y beisbol desde el año 1985, fecha aproximada en que iniciaron en el conocido Inam de La Asunción, pero Jonás da una idea: “En octubre pasado empecé con un grupo de tres integrantes, y ahora, seis meses después son treinta”.
Saludo al culminar la práctica.

Pasan los años, generaciones de niños siguen aprendiendo de pelota con Jonás y Víctor. Antiguos alumnos, les confían la enseñanza de sus hijos, es el caso de Alfredo Medina  que comenta: “Ellos son los que saben, yo aprendí con este dúo por allá en los ochenta”.

De igual forma, son muchos los alumnos que han emulado el trabajo de entrenador y se encargan de algunas categorías, como Jonathan López, un joven monitor que aprendió las artimañas del deporte en el mismo campo donde hoy prepara peloteros.
  
Galardones

Innumerables trofeos han obtenido este par de instructores de beisbol de La Asunción.  Víctor asegura que son más de 19 dianas. “La mayoría de los equipos que entreno están primeros o segundos”, dice. Por su parte, Jonás destaca del palmarés, los nueve títulos obtenidos en la Liga Mariño en categoría Semillita y los nueve campeonatos interligas.

Experiencia

Víctor Luna: “Me siento satisfecho, orgulloso de trabajar con estos niños por 34 años. Este trabajo me da salud y muchos campeonatos”.
Jonás Quijada: “Los niños que juegan béisbol terminan siendo mejores ciudadanos”.


Por Simón Peraza Lazarde
Sol de Margarita 
Texto escrito para la edición del 26-04-2019

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