Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Si fue el domingo esperado

Una semana exactamente ha transcurrido de lo que se puede definir como el inicio de un nuevo período para Venezuela. Será difícil como todos los principios de procesos posteriores a descalabros sociales, políticos y económicos, pero hay una fórmula para superar la crisis, educación, coincidencia y trabajo. Europa lo vivió con las guerras consecutivas, países que quedaron destruidos pero que en pocos años, finalizados los conflictos, con trabajo y la madurez de la sociedad que entendió el daño causado por demagogos, tiranos, corruptos y dirigentes que intentaron suprimir la diversidad de pensamiento bajo cualquier término, lograron superar diferencias y luchar por el bien común de la sociedad, el buen vivir.
Una gran cantidad de votos le permitió a la sociedad venezolana alzar la voz ante 17 años de consecutiva manipulación, época esa, que logró dividir al venezolano bajo las peores y más horribles consignas racistas. Quienes han sido los directores del caos nacional durante la etapa más corrupta en Venezuela, distanciaron a la población y la dividieron en pobres y ricos, escuálidos y oficialistas, imperialista y patriota, olvidando el único valor importante para nuestra sociedad, Venezuela y nuestra bandera, ser venezolanos.
El domingo pasado fue el más esperado en años por venezolano alguno, el venezolano que hace magia para comprar la comida con su salario, lo esperó; el venezolano que para llegar a su casa, hace cola por horas para montarse en un bus, también esperó; al venezolano que la delincuencia le tocó la puerta, esperó por el domingo; el venezolano que fue despedido por no marchar, ansioso esperó; al venezolano que carga garrafones de agua porque a su casa por tuberías el líquido no llega, esperó mientras los potes cargó; al venezolano que su carro vendió, estacionó o perdió por falta de repuestos, el domingo para votar esperó; ellos y muchos otros que no atienden a la ideología fracasada impuesta, más los cansados del circo gubernamental que se apropió de los medios para disparar ofensas a diestra y siniestra, todos ellos el domingo esperaron.
La victoria en contra del sistema era racionalmente esperada por la magnitud de la crisis que se vive en Venezuela, la cual tiene muchos años tras el escudo petrolero, un caudal de ingresos petroleros, el más alto del país en su historia.  Ese chorro surtió a los amigos del gobierno, a los fondos manejados a discreción del ejecutivo, a los negocios de los nuevos empresarios rojos y a grandes proyectos que fueron administrados bajo la sombra de la dedocracia y  la corrupción que no fueron algunos iniciados y otros no terminados.
El resultado de las elecciones parlamentarias fue determinante, no es para menos, es el reflejo de la realidad venezolana, el cansancio, la pobreza, la miseria, la  corrupción, la inseguridad, el desabastecimiento y más. Amaneció el 7 de diciembre y mucho por avanzar resta, el ejecutivo aún no muestra señales de cambio en su proceder, aún cuando aceptase los resultados, se ha negado a admitir la necesidad de cambiar políticas que fracasaron y permanece bajo una dosis de falsa realidad.
 El nuevo parlamento sin tomar posesión ha presentado propuestas y ha manifestado la necesidad de trabajar de la mano del ejecutivo para contrarrestar principalmente la crisis económica, situación que le ha quitado importancia a los otros graves problemas que se viven. Quienes han esperado, desean un pronto cambio, han ejercido su derecho a elegir y claman por nuevas políticas para caminar por nuevos senderos de oportunidades, cordialidad, educación, prosperidad para vivir y no sobrevivir en la anarquía inducida por un proyecto que fracasó.
        Es navidad y huele distinto, el reencuentro familiar, los abrazos, las gaitas, el venezolanismo en su máxima expresión llama y trae consigo un año nuevo, 2016 lleno de expectativas y mucho trabajo, año de encuentro nacional y de esfuerzo conjunto para levantar a Venezuela que nació del domingo más esperado.

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