Sea un aumento salarial o una pensión de vejez, ambas son
cualquier cosa menos beneficios. La población trabajadora ha regresado a la
esclavitud recibiendo migas del pan que alimenta a los altos jerarcas del poder mientras los adultos mayores hacen filas para recibir la cuota dadivosa, eso
sí, ambos grupos sociales, trabajadores y pensionados gozan del derecho a vivir muy
indignamente.
Promotores del régimen diariamente encienden el aparato
comunicacional, cadenas de radio y televisión, redes sociales e influenciadores,
un circo de mediocres anuncia, lo que a bien pueda hacer parecer a sus políticas
inhumanas unos planes generadores de satisfacción y protección social.
Un bono hoy u otro mañana porque el salario, la pensión,
ni el bono de alimentación alcanzan, hágase otro bono.
- ¿Qué nombre le ponemos? Dice uno abriendo el paltó con un botón a segundos de reventar.
- Ponle el de carnaval aunque nadie pueda disfrazarse, el de
la embarazada aunque no alcance para un pañal o el bono de Semana Santa aunque deban
rezar para ver si pueden comprar algo de comer.
De esta forma, los acostumbrados premios a fieles inscritos en planes populistas de miseria, los incrementos en la
remuneración como infusiones de falsas esperanzas para que al menos puedan mal alimentarse,
o las gotas de humillación para abuelos
que bajo el sol caminarán hasta morir, son políticas de cada discurso
aseguran tener un “pueblo protegido”.
Simón Peraza Lazarde
@sapl42
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