Todavía quedan ilusos en Venezuela, unos se visten con ropa marca diálogo para confiar una y otra vez en comicios resguardados por el CNE de siempre; y otros van de rojo, vendiendo y comprando teorías para vencer la "guerra económica", ahora bajo la última invención: El Petro.
Bombos y platillos, escenografías con un logo muy llamativo en dorado, sirvieron para presentar la criptomoneda bolivariana como panacea para el hambre, las colas, la inseguridad y pare usted de contar.
Algo no quedó claro: ¿Cómo el bitcoin criollo arreglará lo que el presidente y su camarilla de secuaces jodieron?
Eso no importa, detrás de un escritorio, acompañado de las mismas caras, el interlocutor de siempre seguirá esforzándose por explicar lo que él ni entiende, da igual, luego vendrá otro ensayo, un código QR, otro satélite al espacio o un gallinero vertical repotenciado.
El trabajador obrero, comandante e hijo del galáctico, seguirá con el cantar, lo intentará en uno y otro round, explicando sin comprender como superará al imperio y su dólar, a esa moneda hereje que hiede, pero sienta bien en las cuentas en Suiza.
A todas estas, en uno de esos intentos por convencer mientras el estomago cruje, podrían especificar:¿Cuánto tiempo necesita El Petro para estabilizar la economía? o ¿Cómo se llama el próximo invento? Pregunto yo, en nombre de ilusos.
Simón Peraza Lazarde
@sapl42
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