Erase una vez, en una casa cualquiera
de nuestro país, unos padres le insistían a sus hijos para que nunca dejaran
sus estudios, día a día le enseñaban el valor por el estudio, el respeto y los
valores. Esos padres decían: En un futuro agradecerás haber estudiado.
Hubo una vez donde el ingreso a los puestos
de trabajo en instituciones del Estado
se hacía por concurso o valoración del currículum; es la norma hoy en día,
organismos públicos repletos de personas
no preparadas y que desconocen el área donde se desempeñan, esto, si puede
llamarse desempeño.
Lo cierto es, que dentro de las
instituciones trabajan familias enteras, primos, hermanos, tíos, padre, madre, y claro está que sin concurso alguno.
El amiguismo reina dentro de las instituciones con personas incapaces de
cumplir funciones que permitan avanzar en los objetivos de las instituciones.
La asignación dedocrática de funcionarios con abuso de poder se ha convertido
una norma. Recordemos siempre que el mérito debe reinar, que el facilismo y la
palanca debe terminar.
Es el caso que nos jactamos con los
logros educativos de nuestro país, y ciertamente hay talento, hay personas
capaces; y que difícil admitir hoy en día en nuestro país, con la escases de
todo, que hay algo. Quienes dirigen las instituciones del Estado se niegan al
conocimiento, le temen a la inteligencia, le temen a la creación, y al avance,
alejando a personas que por su capacidad de discernir pueden contrariar planes
o proponer novedosas formas, de
crear.
Mucho talento se ha ido y no para no
volver, si algo tiene el venezolano es que ama a su País. Talento hay aún para
avanzar, avanzar con hechos no con palabras como ha sido la costumbre política del país. Por
ahora, estudia niño estudia que el deber ser en que tanto insistieron nuestros
padres, será la norma y no la excepción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario