Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

martes, 17 de diciembre de 2019

Javier Suárez: La caricatura suaviza lo directo pero también punza

Un artista de 30 años, diseñador gráfico egresado de Unimar. Desde 2012, utiliza lápiz y papel para llevar mensajes que invitan a la reflexión.

La libertad se expresa de muchas formas y la caricatura es una manera, aunque son pocas las personas que desarrollan el don de crearlas para mostrar la facultad del ser humano a opinar libremente.

Género periodístico que etimológicamente proviene del verbo italiano caricare que significa cargar, la caricatura muestra en dibujos a personas con rasgos exagerados, sirviendo para transmitir mensajes que estimulan la reflexión.
Javier Suárez es un joven dibujante, diseñador gráfico con recuerdos de una infancia entre caricaturas de Zapata, inspirado también por las geniales locuras de Dalí, guiado por el libre albedrío de su lápiz creativo que interpreta realidades.
Javier, conocido en redes sociales como @Javailustra, reconoce que construir mensajes en dibujos no es fácil, es todo un arte en el que deben coincidir talentos, como: la facilidad de trazado y la agudeza mental para llevar un contexto al papel.
- ¿Cómo nace cada diseño de Javier?
Yo siempre he dicho y suena extraño, parir una caricatura es difícil. Todo inicia desde que agarras el lápiz y empiezas a pensar en una idea, un concepto, hasta el momento que estás digitalizándola. Desde que la estoy llevando en lápiz muchas cosas cambian. El proceso creativo es complicado pero muy satisfactorio en el que siempre se piensa: ¿cuál será la próxima idea que se te ocurrirá?
- ¿Cuándo te reconociste como caricaturista?
En el 2012, un año bien convulso y complicado para mucha gente. A nivel político pasaron un montón de cosas en Venezuela. Creo que esas cosas fueron detonante para que dibujase todo lo que dibujo.
- ¿Hay fórmulas de inspiración?
Berro… No hay fórmula para caricaturas, simplemente aparecen genialidades, inclusive me sorprenden. Estoy dibujando en el papel y de pronto aparece algo. También viendo a la gente. Sales a la calle, vas a la panadería y regresas con una caricatura, me ha pasado.
Hay semanas en las que puedo sacar dos caricaturas como puedo pasar meses, depende de cómo me sienta, el entorno también se refleja en el trabajo. Últimamente, he estado activo porque han ocurrido bastantes cosas.
- Entonces Venezuela aporta su cuota a la inspiración.
Si, lo increíble es que puedes ver a muchos ilustradores venezolanos apuntando hacía el mismo lugar, unos con fotomontajes otros con ilustración, muchas ideas pueden ser parecidas pero igual sorprende,  nunca hay dos trabajos iguales, jamás.
- Temas predilectos para llevar al papel.
La política es la que más exploto pero he tratado de embaular en el dibujo a los temas sociales, creo que son importantes. No podemos esperar cambien las cosas para nosotros mejorar, tenemos que mejorar para que las cosas cambien, por eso el enfoque a la gente, para que vean, aprendan, entiendan con caricaturas.
- Comentas que intentas enfocar tu trabajo en el área social. ¿Experiencias?
Para mí el tema cáncer es importante. Mi mamá es sobreviviente. Desde que fue diagnosticada, parte de mi tiempo lo he abocado para hacer ilustraciones en pro de la lucha contra esa enfermedad. El 19 de octubre, Día Mundial  Contra el Cáncer de Mama, dibujé un cangrejo atravesado por un lápiz. Mi madre me recuerda las fechas, tengo compromiso con esa causa.
- Otra incursión de @Javailustra.
Apoyo el talento venezolano, en deporte he hecho trabajos de José Altuve, Tomás Rincón, Salomón Rondón. También genero contenido para drenar, para limpiar las auras. [Dice riendo]
Además, utilizo otras técnicas, como: el Flat design. Por cierto, con esa elaboré una serie de 12 próceres venezolanos.
- Sentimientos margariteños.
Por supuesto, hace poco hice una ilustración de la Virgen del Valle que gustó mucho, fue muy sencilla pero era perfecta, era ella.
- Para ti, ¿Qué es una caricatura?
La caricatura es suavizar lo directo, lo que es crudo pero a la vez punza, te lo voy a decir bonito pero agarra tu empujón. Hay gente que no le gusta mucho, les molesta. A veces me aman, otro día me despierto y me odian por una caricatura.
- Algún elemento que no puede faltar en una caricatura.
Yo aprendí de Zapata, Fonseca y Panchito que lo importante en tu trabajo como caricaturista es la vigencia. Hace unos años en la Feria del Libro que se celebraba en Margarita, exhibieron una muestra de ilustraciones de Pedro León Zapata, habían ilustraciones de varias décadas atrás, todas al día y país de hoy.
¿Cuál es tu estilo?
Yo soy old school, lápiz y papel, después me voy a la computadora pero lo que hago es mínimo. Puedo tardar dos horas haciendo un dibujo, media hora más para montarlo y sale, calentito, para la calle.

- ¿Caricaturas y religión puede ser un cóctel peligroso?
Opinar a través del dibujo es importante. Quien tiene capacidad y habilidad puede hacerlo, pero hay cosas que respetar. La política a veces es sucia y eso se aprovecha para decir cosas, toma tu dibujo; pero la religión es más delicada, sus seguidores están dispuestos a inmolarse. 
El tipo que entró a Charlie Hebdo no recuerdo a cuantos periodistas mató, 4 o 5 editores, ilustradores. No justifico hayan matado absolutamente a alguien, pero digamos que hay gente más susceptible.
- ¿Han dejado de quererte por un dibujo?
Con una caricatura bajé 50 seguidores en menos un minuto. Alguien me dijo: “Esos que se fueron no los necesitas”. Uno que se fue me anunció: “hasta hoy te sigo”; yo le dije: Espero vuelvas, ojalá vuelvas.
- Rayma tuvo que salir del país por modificar la firma del fallecido Hugo Chávez en uno de sus dibujos.
Esa ha sido una de las caricaturas más duras que he visto. Evidencia intelecto, inventiva. Pone a pensar: ¿Cómo llegaría a esa idea? Yo, que soy ilustrador y caricaturista, no lo sé. Rayma es una maestra. Hay que estudiarla como a Pedro León Zapata que trabajó hasta su último día en vida. Admiró mucho también a Roberto Weil, me parece maravilloso como artista, como pintor.
- Algún otro artista que admires.
Salvador Dalí me ha gustado desde que lo empecé a estudiar en la universidad, por lo que me reflejaba en sus trabajos y entrevistas. Me parece que estaba loco pero como artista era maravilloso. No veremos otro como él en mil años.
- Un nuevo rumor que anuncia el final de Los Simpson.

Matt Groening su ilustrador, siempre se supera, cada vez que puede en cuanto a ilustraciones, conceptos, en cuanto a la locura que plasma y vemos en pantalla. Que se vaya a acabar Los Simpson, tengo tiempo escuchando eso, además que es una serie que trae siempre predicciones, como la de Trump siendo presidente.

- ¿Los caricaturistas comparten la locura que atribuyes a Dalí?

Mi mamá y mi papá dicen que estoy loco. Ellos saben el hijo loco que tienen.



Simón Peraza Lazarde
@sapl42


lunes, 18 de noviembre de 2019

Caminantes rotos

Se dispersan por el mundo buscando encontrar nuevas piezas que sustituyan las perdidas, las partes que fueron cayendo mientras pasaban los años mientras los derechos se disolvían, disminuidos lentamente como consecuencia de un plan macabro que no ha dejado de ejecutarse, algunas veces con mucho ruido, otras silentemente.

Remplazar piezas para empezar a sanar es la siguiente misión para los caminantes que buscan en otras latitudes lo que se perdió en su lugar de origen.

¡Gran problema!

El origen tampoco les suelta, persigue, ataca más que los actos xenófobos. Venezuela sigue doliendo, mientras el caminante avanza sin lograr soltar.

Hay más caminantes, otros tantos, son esos que deambulan dentro del país, están más lejos de sanar, es un grupo que camina a la deriva sin saberlo. Sus pasos muestran su afectación causada por el mismo poderío que azota la nación.

Han quitado libertades, siguen arrebatando derechos y borran el tiempo de vivir, eliminando momentos en familia, suprimiendo el compartir de amigos, y para los que menos tienen o han tenido, despojan cualquier mínima posibilidad de vivir con calidad, es ese el plan macabro.

Caminantes locales, afectados e incapaces de auto diagnosticarse y mucho menos de tratarse, se aferran a lo que conocen como si fuese un salvavidas, algo que creen conocer, pero no está más. El trabajo ha dejado de ser trabajo, es la esclavitud moderna pagada en moneda fuerte y soberana que solo compra agonía dentro del programa.

En Cuba, donde los caminantes existen años antes, unos cuantos más que en Venezuela, allá donde inició el plan macabro décadas atrás; unos delincuentes han logrado ejecutar bajo método minucioso la dominación sobre la población de forma exitosa, tan es así, que es ahora su principal producto de exportación para Latinoamérica y su mejor franquicia tiene por capital Caracas. 

Si algún caminante ha dejado de estar roto, no hay evidencia que lo demuestre, pero cada caminante sigue dando pasos intentándolo, unos lo buscan en otras latitudes y otros dentro de las fronteras. Cuenta una leyenda que los cubanos tienen de esos caminantes, unos son pesimistas que se fueron a Miami, y los otros, optimistas nunca salieron de Cuba.

Los pesimistas de Venezuela también se han ido al exterior, los optimistas continúan trabajando y transitando por las calles venezolanas. Estos pesimistas y optimistas tienen mucho en común, no importa donde estén, son venezolanos anclados en su origen, son caminantes rotos.

Por Simón Peraza Lazarde
@sapl42

lunes, 29 de abril de 2019

Nella Rojas es una joya vocal musical de Nueva Esparta que canta para el mundo

Esta bella trovadora de sutil voz originaria de la isla de Margarita vive actualmente en Nueva York. Durante el primer trimestre presentará su sencillo "Me llaman Nella", compuesto por su productor Javier Limón. Su producción discográfica estará influenciada por la música andaluza.

Una voz femenina dulce que no requiere acompañamiento de instrumentos para hacerse notar, despertó en redes sociales un apocalipsis de halagos.
Marianela Rojas, oriunda de Margarita y artísticamente conocida como Nella, es la responsable de la melodiosa interpretación del merengue venezolano "La Negra Atilia" que a capella desencadenó euforia latinoamericana.
Sus primeros pasos en la música en la escuela no resaltaron entre compañeros. Fue con el tiempo y después de largas horas en su cuarto cantando al llegar del colegio, que la música dejó de ser solo pasión para convertirse en "necesidad".
"Era como tener un juguete nuevo, llegaba y me encerraba a cantar, eran las 10 de la noche y todavía estaba con el uniforme, mi madre tocaba la puerta para avisarme: es hora de bañarse", relata con exactitud la virtuosa cantante margariteña.
Conversar con Nella evidencia que desde muy joven tenía en su norte cantar. Influenciada por la música anglo, disfrutaba interpretando temas de Christina Aguilera y Mariah Carey. "Esas tardes cantando temas de esas divas, eran cátedras a mí misma", rememora.
Recuerda que todo cambió después de una audición para un acto del Día de las Madres. "Mucha gente confirmó que mi voz era diferente y anuncié a mis padres, quiero estudiar música".
Universidad
Aún con angustia describe su aspiración de ingresar a una universidad para estudiar lo que ama, la música. "Creo que el terror era porque veía los estudios de música para genios", comenta la intérprete.
Egresada de la universidad más importante en materia musical en los Estados Unidos, Berklee, en Boston, casa de estudios donde pudo titularse doblemente, en Performance, la voz como instrumento; y en Composición Contemporánea y Producción.
Su camino hasta la universidad no fue fácil: sus padres pudieron pagarle solo el primer semestre y posteriormente aplicó para obtener becas que le permitieron terminar su carrera.
Géneros
Cuando llegó a Nueva York quería cantar jazz y pop, pero la competencia era amplia. "Al llegar me encuentro con todas esas mujeres y hombres que nacieron con esa música y dije: 'tengo que diferenciarme'", relató.
Nella reconoce que no estaba cómoda cantando música venezolana pero, "¡qué cosas!, la canción que me da a conocer es 'La Negra Atilia', original para mandolina y que la enseñó un músico extranjero", detalla la suerte que trajo su gentilicio.
La Gran Manzana
Son muchos los músicos venezolanos que triunfan actualmente en Nueva York y el camino de Nella apenas comienza. Revela, en relación a la ciudad, que "es increíble pero como te da, te quita".
Jorge Glem, César Orozco, MV Caldera, entre otros, han destacado gracias a la movida de Guataca. Todos son evidencias de venezolanos que Nella reconoce han encontrado su lugar en la ciudad que nunca duerme.
"Mucha gente viene a hacer música y se hace complejo. No todas las historias son exitosas, amigos de la universidad han dormido en un sofá, sin dinero para pagar la renta", explica Rojas, quien agrega que dudó varios años sobre partir hasta Nueva York.
Receta
Sin miedo, Nella Rojas se atreve a develar a jóvenes y niños la fórmula para alcanzar el éxito.
"Creer en ti mismo, enfocarse en lo que quieres, inclusive escribirlo: dónde te ves, en mi caso en qué tarima te ves, con quién quiero cantar. Todo luego se va alineando, cuando es para ti y luchas, no hay obstáculos".
Nella utiliza el piano para componer, pero aún recibe clases hasta poder acompañarse en presentaciones.
De la percusión ha aprendido lo necesario para mejorar la sincronización, mucho de ello con su grupo Sudacas, de voz y bajo.
El cuatro lo toca muy poco pero está en su lista por estudiar y practicar.
Planes
Influenciada por su productor Javier Limón, originario de España, la primera producción discográfica de Nella llegará a mediados de año con temas muy cercanos a la onda flamenca. "Me enamoré de la interpretación de cantores españoles, específicamente de Andalucía", explica en relación su próximo trabajo.
Durante el primer trimestre de 2018, estrenará el sencillo titulado "Me llaman Nella", del que podrán disfrutar un adelanto en la edición web de esta publicación.

Por Simón Peraza Lazarde
Sol de Margarita 
Texto escrito para la edición del 14-01-2018

viernes, 26 de abril de 2019

Jonás y Víctor: Una vida en el béisbol formando peloteros


Unas cuantas generaciones han aprendido a jugar pelota bajo la tutela de este par de instructores. Con dedicación, siguen enseñando a respetar, fildear, batear y pichar.

Un campo de beisbol bajo el sol de una tarde, puede significar muchas memorias para cualquier venezolano. Un hit, un doble play, una buena atrapada, un jonrón, un ponche tirándole, seguramente un buen recuerdo de infancia.

Apreciar el diamante y lo que implica tendrá más sentido dependiendo del ojo que lo perciba. Por ejemplo, para los niños que acuden a la Escuela de Beisbol de La Asunción, es un parque donde aprendes divirtiéndote y haces amigos. Para sus padres que les acompañan o dejan en la práctica deportiva, un breve y merecido descanso.

Victor Luna lanza la pelota a los niños. 
En cambio, los entrenadores de esos niños tienen una percepción distinta. Al menos es el caso de: Víctor Luna y Jonas Quijada, que tienen más de tres décadas formando niños en el beisbol y ven el terreno como su oficina, el trabajo perfecto al que hace alusión la frase atribuida a Confucio: Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

La práctica de hoy no ha finalizado, el equipo de los niños que batean debe ir a cubrir el terreno y viceversa. Desde lejos un pequeño grita: ¡Víctor! ¡Víctor Luna! ¿Qué posición me toca?, mientras el entrenador le coloca el zapato y amarra los cordones a otro niño que corriendo había perdido el calzado.

En una cancha contigua, está Jonas. Él está con otro grupo que apenas aprende a utilizar guantes, lanzándoles pelotas de tenis. Cada vez que lo hace, se dirige a ellos por el nombre de pila y les anima a agarrarla: ¡Qué buena atrapada! ¡Bien hecho!

Todas las semanas, acude Víctor en bicicleta desde su hogar para atender a los pequeños, que con mucho cariño lo distinguen como un buen amigo, papá e incluso abuelo. “Todos me respetan familia. Aunque ahora hay muchos hiperactivos, que agarran la piedrita, la lanzan”, comenta con una sonrisa Luna.

Irrespetar a Luna sería una contradicción, se dirige a todos iniciando o concluyendo frases con la palabra familia, amable trato que usa sin distinción. “Familia, para los tremendos tenemos solución, cuando se pelean, los pongo agarraditos de mano. Sigo la práctica, cuando se fastidian los incorporo de nuevo”, detalla.

Los niños se preparan para correr las bases.
En relación a los cambios en el entrenamiento con chicos, explica Jonás que “actualmente en las categorías inferiores utilizamos pelotas de tenis, con eso evitamos lesiones y traumas. Siempre recordamos el caso de un niño alto que fue incorporado a un equipo avanzado y recibió un pelotazo con Wilson o Tamanaco. Bueno, ese niño no jugó más”.

Asimismo, narra que el aprendizaje es un proceso de transformación que significa dominar la pelota. “Cuando lo hacen, empezamos a entrenar con la pelota de Kenko, una goma maciza, que también pega duro pero menos que la de cuero”.

Víctor Luna también lo entiende así y reconoce que la mayor dificultad de los chicos al aprender beisbol, es: “Quechar,  usar el guante. Ese es el primer toque que deben aprender cuando ingresan que llegan de cero”. 

Complementa Jonás diciendo, que los infantes de ahora aprenden mucho más rápido. “No sé, si son los videojuegos o videos, pero lo hacen e imitan a jugadores profesionales. Quizás por eso ahora maduran antes, por ejemplo, los profesionales a los 25 están en su punto y a los 35 están para el retiro”.

Ambos entrenadores, no saben a ciencia cierta cuantos jóvenes han educado en valores y beisbol desde el año 1985, fecha aproximada en que iniciaron en el conocido Inam de La Asunción, pero Jonás da una idea: “En octubre pasado empecé con un grupo de tres integrantes, y ahora, seis meses después son treinta”.
Saludo al culminar la práctica.

Pasan los años, generaciones de niños siguen aprendiendo de pelota con Jonás y Víctor. Antiguos alumnos, les confían la enseñanza de sus hijos, es el caso de Alfredo Medina  que comenta: “Ellos son los que saben, yo aprendí con este dúo por allá en los ochenta”.

De igual forma, son muchos los alumnos que han emulado el trabajo de entrenador y se encargan de algunas categorías, como Jonathan López, un joven monitor que aprendió las artimañas del deporte en el mismo campo donde hoy prepara peloteros.
  
Galardones

Innumerables trofeos han obtenido este par de instructores de beisbol de La Asunción.  Víctor asegura que son más de 19 dianas. “La mayoría de los equipos que entreno están primeros o segundos”, dice. Por su parte, Jonás destaca del palmarés, los nueve títulos obtenidos en la Liga Mariño en categoría Semillita y los nueve campeonatos interligas.

Experiencia

Víctor Luna: “Me siento satisfecho, orgulloso de trabajar con estos niños por 34 años. Este trabajo me da salud y muchos campeonatos”.
Jonás Quijada: “Los niños que juegan béisbol terminan siendo mejores ciudadanos”.


Por Simón Peraza Lazarde
Sol de Margarita 
Texto escrito para la edición del 26-04-2019

sábado, 20 de abril de 2019

Atrincherados en la mentira


Desde su breve incursión en la vida democrática nacional, el grupo que hoy a la luz pública es obstáculo y evade apartarse del poder para ver el renacer nacional, ha utilizado la mentira como método de subsistencia, estrategia para captar individuos que adoran la falacia, comparten arbitrariedades y demuestran prosperidad bajo esquemas de corrupción.

Hablemos de mentiras. En 1999, las primeras imágenes y palabras del fallecido presidente militar, días antes de ser electo, explicaban a los televidentes que él no era socialista, que no nacionalizaría empresas y entregaría el poder a los cinco años, la realidad posterior es conocida.

El patrón para mantenerse en el poder sigue siendo el mismo. La mentira es un eslabón permanente en el sistema delincuente chavista. Un coctel de farsas fabricadas que actualmente tiene menos dispuestos a tomar del brebaje pero que ha acelerado su producción para desinformar informando.

El vigente tema ayuda humanitaria podría servir de ejemplo. Hasta hace pocos días, el auxilio internacional necesario y solicitado era un espejismo dibujado por quienes adversan al régimen. La nueva realidad es que el tren de hampones que secuestran la nación ha permitido que la Cruz Roja ingrese para paliar lo que ayer no existía y hoy sí.  

La mentira es parte del complejo sistema que arrasa con Venezuela. La mentira es compañera de la soberanía prostituida por cubanos, rusos, chinos e iraníes; es aliada de las obras pagadas pero no construidas en revolución; es amiga de cada ministro o funcionario monigote, encargado de dilapidar dinero mientras la ineficiencia corroe la estructura institucional.

La mentira es parte del sistema chavista, la mentira se comunica, la mentira tiene horas extras para transitar en radio y televisión. Si recordamos estos 20 años, gobernar ha significado comunicar - para informar-. Se consumen horas de transmisiones oficiales para contar una -verdad oficial-, para repetir mentiras que se convierten en verdad.
   
Del texto La mentira como herramienta para gobernar y entretener de Juan José Becerra, extraigo la siguiente frase: “gobernar es comunicar lo contrario de lo que se hace y, muchas veces, comunicar directamente como cosa hecha lo que no se hizo ni se hará nunca”. Lo explica el autor, es la comunicación según Joseph Goebbels, jefe de la propaganda nazi que consiste en adaptar la realidad del poder.

En las horas más difíciles seguirán informando. Los seguidores de la trama genocida que incluye tanto chavistas como “opositores”, seguirán promoviendo tesis desde los laboratorios de Goebbels. La fracasada tesis de la salida electoral negociada, señuelo utilizado en múltiples ocasiones; la tesis de la  intervención que vulnera la soberanía; o la consigna que impulsa el cambio como iniciativa local que debe ser resuelta entre nosotros.  

Todas esas  opciones siguen estando en boca del chavismo, son parte de la estrategia de comunicar y no hacer. Quienes se oponen al régimen, de época en época adoptan esas mentiras, comprando tiempo y espacio para los verdugos que duermen en su cómoda trinchera, la mentira.


Simón Peraza Lazarde
@sapl42

lunes, 8 de abril de 2019

Exio Rivas: Pinto por el placer


Se define como un artista autodidacta. Su última invención fue la pintura con humo generado por sardinas ahumadas.



Con paso calmado, apoyándose en un bastón que no le resta agilidad, camina quien se presenta como un artista autodidacta: Exio Tulio Rivas Quevedo.

Dice tener 74 años, de los cuales una gran parte los trabajó en la herrería, pero evidencia en obras colgadas y dispersas en su vivienda, que habilidad para el arte tiene de sobra. Su trabajo es un placer, asegura.

Cuadros, esculturas y muchos inventos de uso diario tiene en varias locaciones de su hogar, los cuales anuncia mientras se desplaza entre su casa.

Una gorra blanca con un “tercer ojo” lleva en la visera y explica que “mi ojo izquierdo perdió la visión en 95%, tengo un glaucoma. Por eso tengo ese accesorio que me ayuda para leer”, detalla Exio.

Su más reciente faceta artística nació durante la preparación de una exquisitez gastronómica. “Estaba cocinando unas sardinas ahumadas para la venta, pero viendo lo que quedaba, se me ocurrió con ese humo en las paredes plasmar algo”, explica Rivas.

Además de esas obras, este artista ha realizado estampado de franela con semilla de aguacate. “Hago un boceto del dibujo y luego lo pinto con la pepa del aguacate. Esta técnica la inicié luego de no conseguir una pluma fuente de las viejas, que me permitiera usar tinta extraída”.

Este personaje no duda en mostrar sus obras, mientras explica distintas invenciones y piezas de arte que realiza desde la comodidad de su hogar en compañía de su esposa, a quien le envía un reconocimiento: “ella cocina muy rico el mejor quesillo y pasticho”.

Para finalizar, reconoce que todos los días aprovecha el tiempo creando y dibujando nuevos trazos. “Tengo que aprovechar lo que aún puedo ver”.

Exio reconoce la dificultad de cada día, debido al alto costo de productos y servicios. “Compro lo menos posible, aquí invento de todo para mantenernos en casa. También nos ayuda mucho la FE. Familiares en el extranjero, quienes nos ayudan para comprar lo necesario para vivir”.. 

Por Simón Peraza Lazarde
Sol de Margarita 
Texto escrito para la edición del 22-01-2018

martes, 12 de marzo de 2019

Escribir sin luz #LiberenALuisCarlos

No cuentan los días. Ahora y desde hace un tiempo solo se intenta vislumbrar el final de la pesadilla que lleva por nombre chavismo en honor a su creador.

La oscuridad de estos últimos años, sumada a la de estos últimos días, literalmente, sin energía eléctrica en toda la geografía, nos posiciona para enfrentar la realidad de un país destruido, lleno de carencias que la población se acostumbró esquivar sin entender su origen.


La oscuridad ha desnudado a todos, da igual si piensas tener poco o mucho, la conclusión será la misma, no tienes nada. Han quitado todo y desean más. Tengas o no algún privilegio vives en el mismo chiquero. Queriendo o no, se es preso de un sistema porquería donde siempre se puede estar peor.

Lo bueno de estar sin luz y pocos malos servicios que nos quedan, es que al menos de esta forma no tienes que ver al chavista que simula vivir en una maravilla y habla con su verborrea caletreada; al opositor que habla con lenguaje inclusivo como si estuviese hablando de diferencias entre niños y no de derechos humanos vulnerados; o al que dice: Yo respeto la opinión de ambos lados, este asunto debemos resolverlo nosotros los venezolanos.

¡A la mierda!, hace unos días leí que la repetida frase: Autodeterminación de los pueblos, solo se usa para amparar y proteger dictadores. Eso ocurre acá y no somos libres, fuimos invadidos hace 20 años cuando decidieron arrodillarse al dictador cubano, desde entonces ellos viven de Venezuela, a cambio de miseria y represión para el venezolano. 

No condenar a este gobierno que actúa con ineptitud y maldad de forma intencional desde hace mucho tiempo, es un claro elemento temor y daño social ocasionado por un sistema perverso, delincuente, fabricado con las ideologías vencidas del mundo que tanto repiten y gustan a los comunistas.  

El tejido social está roto, pero hay gente que aún lucha por la humanidad, por el derecho a vivir libre. Cuando se conoce o lee gente que condena con claridad lo que ocurre, sin guabinear, sin titubear, sin medias tintas, te encuentras a ti mismo y logras recordar que las dictaduras caen, una pesadilla tiene final y que después de una larga noche viene una hermosa mañana.

Simón Peraza Lazarde
@sapl42


- Escrito el 10 de Marzo de 2019. Minutos antes de la medianoche, sin servicio eléctrico. 
- Publicado el 12 de Marzo de 2019.
- El 11 de Marzo, pasadas las cinco de la tarde fue detenido ilegalmente el reconocido colega Luis Carlos Díaz, el más lúcido tuitero venezolano, luchador por los DDHH y contra la dictadura, quien en los últimos años ha utlizado la inteligencia, la comunicación  y la tecnología con el fin de educar al ciudadano para no decaer ante las múltiples injusticias de vivir en el régimen venezolano.


viernes, 11 de enero de 2019

Viviendo a ritmo de gasolina


Mi papá, hermano y cuñado conversan con el fin de acordar a quien le corresponde levantarse a las cuatro de la mañana. Mi hermano sabe que es su turno pero quizás deba llevar a su novia al trabajo. 

Tenía cuatro años sin pisar suelo tachirense, esta vez estrenaría aeropuerto. Aterrizaría un martes en La Fría, población alejada de la capital del estado, donde termina el llano e inicia el ascenso, con temperatura similar a mi Isla de Margarita.

Como siempre, mi padre viaja al aeropuerto con el mismo taxista. Llegaron sin inconvenientes, el temor del viaje terrestre al terminal por las continuas protestas a falta de gas doméstico en las poblaciones aledañas al aeródromo, era una preocupación. 

"Hace unos días trancaron las vías, colocan las bombonas y nadie pasa. Hoy no será así, mira como esperan las bombonas en la orilla de la vía", cuenta quien maneja sin asombro, mientras adelanta un camión 350 con bombonas y personas sonrientes sentadas sobre ellas, custodiando de esta forma la carga hasta su destino, hogares.

En el 2014, última visita bien recordada. Parte del país, en especial San Cristóbal, estaba en plenas protestas. Los recordados campamentos de gochos arrechos, adultos, jóvenes, abuelos y más; reclamaban por las muertes, el mal vivir, la tiranía y la precaria vida del venezolano que tanto afectaba al Táchira; y que hoy, cuatro años después perjudica a todo el país y al estado andino más.

Una semana de recorrido bastó. El deterioro de una de las ciudades más bellas de Venezuela. San Cristóbal, la de colas por gasolina, también se hunde en la basura. El desgobierno nacional, regional y municipal, se evidencia en cada esquina cundida en montañas y pilones de desperdicios. 

La belleza natural de las montañas aún está, pero debes mirar colina arriba, lo cercano muestra la deforestación y construcción sin planificación que hace juego con bolsas, papeles, moscas y demás mugre que sirve de manjar al ganado en lomas de la ciudad; un paisaje que parece ser nuevo y acostumbrado a la vista de algunos habitantes.

El Táchira segunda tierra para mí, grato lugar al que volver por la familia, los recuerdos de vacaciones, el año residiendo, paseos a Peribeca, La Petrolia, San Pedro del Río, la historia presidencial oriunda, la plaza Los Mangos, el parque Metropolitano, la atiborrada Quinta Avenida, el Ateneo del Táchira, la piscina del Círculo Militar, entre otras, me obligaron a escribir. 

La discusión familiar al arribar a casa deja la siguiente conclusión: Los vehículos necesitan gasolina. Mi hermano despertará de madrugada. Queda entendido, que una vez por semana toca, sí o sí. Para esa rutinaria misión que ocurre desde aproximadamente tres años, embarca: Un instrumento de percusión, sándwich, café y un envase para orinar. 

Desde hace 1095 días se hacen filas por suministro de gasolina y contando. Él, ensaya con un cajón o baquetas, come, orina, duerme y toma café durante la espera. La longitud de la cola es kilométrica. Durante la estancia decembrina, logré ver carros en espera marcados con números seiscientos y pico, de ese tamaño es la espera que sube y baja, o baja y sube las empinadas calles del Táchira. 

No todo está perdido, en los nueve días de visita, había gente barriendo sus casas y sus frentes sin importar el origen de la basura, amigos siguen emprendiendo a pesar de las dificultades, se consiguen los pasteles, siguen haciendo el pan camaleón y mi familia trabaja unida, un equipo que surfea dificultades de la Venezuela de hoy, las mismas de otras regiones, más la gasolina.

En Táchira no se olvida el frío, esporádicamente ese clima aparece en las mañanas, no tan gélido como las madrugadas de neblina cuando emprendía el viaje a Santo Domingo o San Antonio para tomar el madrugador, un vuelo a primeras horas de la mañana.

A las siete, mi hermano avisó a casa para que bajasen otro carro, pudo esta vez guardar puesto para el vehículo de nuestro padre. Nueve horas después era la una, cuando lograron cargar los tanques que bien administrados resistirán la semana y unos días más con extrema cautela.

¿Por qué tantas colas? La explicación generalizada y silenciada, indica que un gran porcentaje de habitantes perciben ingresos de la venta del hidrocarburo. Guardias o ejército custodian las estaciones de servicio donde inician esas largas líneas de vehículos. Camiones y carros modelos ochentosos abundan, son mayoría. Cuenta una leyenda viva que la mayoría de esos automóviles tienen más de un tanque de gasolina.

La cena de navidad llegó y recuerdo que restan pocos días para volver a Margarita, bajo el pensamiento de la desconexión, desinformación y el desinterés por lo que vive otro venezolano. El Zulia sin luz por días, Nueva Esparta no tiene ferris, Táchira sin gasolina, poco preocupa, si no eres directamente afectado.

A madrugar para volver. El conductor espera un recorrido hasta el aeropuerto sin dificultad en el que viendo nuevamente el caos, pienso: “En San Cristóbal las esquinas con montones de basura son tantas como carros en colas por combustible”.

De vuelta a Margarita y llegada la noche, llamo para conversar del viaje, el regreso a la isla. Le cuento a mi padre que estuve hablando con un vecino todo el vuelo. Tiene nueve meses viviendo en Cúcuta y regresó a pasar fin de año con sus hijos. Durante la hora de trayecto aéreo, este amigo sin querer ni saber, me confirma un eslabón de la práctica de corrupción y tráfico de gasolina no narrada hasta ahora.

La mayoría por no utilizar la frase: “Todas las personas” con autos entre Cúcuta y Bucaramanga, es decir, en una distancia de 200 kilómetros aproximadamente, adquieren gasolina del contrabando proveniente de la frontera venezolana, un jugoso negocio. Sin terminar de hablar, mi papá me escucha, comenta poco y termina la conversa. “Hablamos mañana, nos toca madrugar, no tenemos gasolina”.

Simón Peraza Lazarde
@sapl42