Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

¡Usted es mi hermano!

El fanatismo por Guaco para quienes nacieron en los años ochenta debió crecer en los noventa cuando salió Archipiélago, pegando el éxito Como es tan bella.

Desde ese entonces, algunas canciones de Guaco pasarían a ser banda sonora de relaciones amorosas de mucha gente,  recuerdos de historias finalizadas y flechas en fase de conquista cuando esa otra persona compartía con gusto el género.

Seguramente la historia de Fran con la banda va por ahí, fue un fanático más que fiel, se describía como guaquero, además tuvo el plus de hacerse amigo de su ídolo Luis Fernando Borjas; a quien además intentaba interpretar vocalmente y lo lograba.

Como era insuficiente el talento musical innato de Francisco Javier, El 20 de julio de 1985 en su nacimiento, junto a él, después de convivir en la barriga de Claret, vino Juancho con un cuatro para formar esa extraña pareja de tres, cariñosamente identificados como los morochos o los gordos.

Ese travieso par que en alguna época dio algunos dolores de cabeza a su madre, encontraron desde muy jóvenes una exitosa manera de relacionarse públicamente, dándose a conocer a fuerza de amistad, serenatas tocadas y cantadas por ellos, ocurrencias y carisma, acompañado una que otra vez por -unas pocas gotas- de bebida destilada. 

En cada pausa de Juan Francisco con el cuatro estaba Fran animando con otra canción, baile o una imitación de amigas bastante natural. Las discusiones o enfados temporales entre ellos también podían ocurrir, y lo hacían saber: “¡Es que Juancho…!” o “¡Es que Fran!”…, dependiendo quien pusiese la queja, pero permanecían en el sitio, sin alterar el repertorio, sin abandonar amigos ni tragos pendientes. 

Inesperadamente Fran se ha ido físicamente, y aunque no existe buena hora para morir, una verdad ha sido que, él no se fue en buen momento. La pandemia obligó a familiares y amigos a guardar distancia, hubo menos compañía presencial para sus seres queridos y escasez de abrazos necesarios.

Para la tranquilidad de todos, vale saber que no estuvo solo en sus últimos días y aunque pareciese impensable que alguien faltase por conocerle en Margarita, hizo nuevas amistades durante la hospitalización, un hecho que para nada desentona con su comportamiento habitual de públicamente, sin temor, ni reservas decir palabras de afecto, cariño y amor a todo aquel con quien congeniara. 

Allí, en una camilla por varios días siguió siendo él y sin protesto se mantuvo contando anécdotas con los presentes, haciendo reír, atento de su esposa que le esperaba afuera, poniéndose a la orden de la gente para encontrar algún repuesto en Toyoamigo donde hacía llave con uno de sus hermanos de vida, Jesús Caraballo; en ese transcurso también respondió mensajes a todo el que supo que jorungaba su teléfono aún, y tuvo tiempo de "quejarse" porque Juancho le llamaba muy seguido para saber de él.

En la memoria ha quedado Francisco Javier como una buena persona, con 35 años mantenía la esencia de un niño sin maldad, un buen hijo, hermano de sus amigos a quienes acostumbraba llamarles usando los dos nombres, cargado de gestos nobles, un gran tío de sus sobrinos como lo demostró por años con Camila antes que María Rosa migrara y recientemente, con Fabían y Braulio, primogénitos de Pablo y Juancho, respectivamente.  

Volviendo a su vínculo con Guaco, con cada canción puede recordarse su vida, esa alegría permanente. Fran solía escarbar cada coro, estrofa o retazo pegajoso de esos temas, extrayendo las mejores partes con sus arreglos para compartirlos cantándolos. 

No requerirá esfuerzo pensarle, hizo mérito, quizás sin saberlo o tal vez si que lo sabía, así como entendía el concepto de amistad. Poco tiempo antes de su partida, le escribió a un amigo en común que se fue del país un año atrás: 

"Mijo querido, hoy te he recordado demás!!! Aunque aquí nos veíamos poco igual el sentimiento de quererte y amarte está intacto. Quizás no fuimos los mejores amigos pero siempre en mi corazón estabas como parte de mi familia. Aunque no eramos de pasarla juntos, cuando nos veíamos era demás de increíble. No te olvides que existen personas en el mundo que te quieren". 

Y como si fuesen pocas las vivencias para recordarle, donde suene el cuatro de Juancho, allí estará Fran, en la primera voz, la segunda, el coro o tarareando porque ellos seguirán siendo uno.  


"Para mi hermano querido del alma".

Francisco Javier Rojas Suárez de… † 23-08-2020