Son muchos los hechos que
han motivado películas vinculadas a la falsificación de dinero, la utilización
de la moneda para transacciones ilícitas o estafas. Por ejemplo, Catch me if you can, es una película
protagonizada por Leonardo Di Caprio, quien interpreta a un joven muy
habilidoso con la falsificación, quien recorre Estados Unidos adulterando
identificaciones y títulos cambiarios, logrando hacerse con millones de
dólares, escabulléndose durante muchos años de la justicia norteamericana.
Die Fälscher es otra pieza filmográfica donde el dinero es
el punto principal de la trama, en ella un grupo de judíos son escogidos dentro
un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial por su talento
y arte para copiar billetes con moldes y planchas. La falsificación era
promovida por el alto mando militar alemán con la finalidad de financiar el
régimen de Adolf Hitler.
72 horas decretó el
Presidente de Venezuela para canjear los billetes de más alta denominación
nacional antes de ser inutilizados, pareciese un argumento de película de Hollywood pero no, es otro cuento de la Venezuela en casi dos décadas, la
devaluación de la moneda.
El billete de cien bolívares
equivale en dólar americano a muy poco – y bajando - , ese billete que será desincorporado de la
economía venezolana se suma a los supuestos planes desestabilizadores, uno más
de la guerra económica que encabeza Dolar
Today, los empresarios de la harina, kreisel,
la frontera colombiana y ahora el acaparamiento de los billetes de bolívar
fuerte.
Dos décadas de la llegada
del proyecto socialista revolucionario, más de doce años de control cambiario, una
reconversión monetaria que suprimió tres ceros para dar nacimiento al bolívar
fuerte, y hoy, ocho años después de ese último evento, anuncian la llegada de
la evidencia inflacionaria, la recuperación de los ceros perdidos con billetes
de 500, 1000, 2000, 5000, 10000, 20000, es decir, el bolívar débil, triste y
devaluado.
Millones de dólares tuvo Di
Caprio cobrando cheques falsos ante centenas de bancos a través de los Estados
Unidos en Catch me if you can; los alemanes imprimieron dólares y libras
esterlinas falsas para mantener su proyecto y subsistir durante la guerra.
La historia económica
venezolana en tiempos de revolución es también una película. Planes, proyectos,
sistemas, controles varios, todos sin éxito, han perjudicado el bolsillo
ciudadano pero han engordado las ambiciones de la cúpula gubernamental. La
moneda es parte del negocio, quizás el cine pueda ilustrarnos en un futuro
próximo con una producción de la economía nacional estatal y sus agentes, una
historia de película.
Simón
Peraza Lazarde
@sapl42