Rafael Silva Figueroa
La voz más lúcida del gremio farmacéutico neoesperatano se ha apagado, dejó la botica sin boticario. ¡Que ironía!, justo esa era una de sus luchas vigentes. Cerró la farmacia y no hubo quien recibiese el testigo que hace años dejase en sus manos y verbo, Ángel Felix Gómez y José Nicolás Marcano.
No es mera coincidencia que hace suficientes años me regalara Ética para Amador de Fernando Savater. Esa guia cedida por Rafael, que todo el que sepa leer debe leer, confirma su interés en vivir bien y hacer bien. Para él, tampoco podían olvidarse praxis no excluyentes como: la defensa del principio de legalidad, la profesión farmacéutica con buenas prácticas y función servicial.
Rafaelito cómo le decían algunos colegas con cariño aunque pequeño no era, se despidió a su manera. Desde su privacidad, partió en silencio con pocas palabras en sus últimas respuestas para quiénes le escribieron. Él lo quiso así y quiero pensar que estará leyendo estas líneas, mientras interrumpe con particular sonrisa para decir: Correcto Maiquetía.
“Un lector vive mil vidas antes de morir". George R.R. Martin
Rafael vivió bien, con propósito, lo sé porque era un ferviente lector, con la destreza para hilar con coherencia discursos razonados y con fundamentos legales, rama jurídica de la cual fue apasionado y tuvo intenciones reiteradas de oficialmente estudiar.
Amigo a la vieja usanza de lazos tejidos en el tiempo, por allá en las conversaciones entre típicas degustaciones gastronómicas y brebajes sociales, aseguró más de un puñado amigos que no necesitaban verle a diario para contar con él.
Él también aprendió a vivir por segunda vez, eso después de aquel otro triste abril, pero en 2006 cuando mi amigo Carlitos, su hijo, se marchó.
"No es solo cuestión de sobrevivir sino de vivir bien", frase tomada de Marcel, el caracol con zapatos.
Hace poco cuando Rafael regresó de Chile a Margarita también lo hizo en silencio. No hubo bulla ni dejó saber a primera instancia, si volvía para quedarse en su amada tierra. Pues, se quedó. Venía a quedarse, a saberse cerca de La Asunción con sus sonidos y olores.
"Regular para el tiempo", preocupaba a mi madre, esa reiterada respuesta de Rafael al preguntarle cómo se sentía. Ayer 27 de abril, cuando Eglee le escribió no hubo respuesta. A mi mamá le perturbaba un posible desenlace. Petra quién estaba con él, reconocía ese mismo día: "Ha sido todo muy rápido", en relación a su deterioro de salud.
Quiero pensar seguirá disponible o estará cocinando en su apartamento para luego comentar y compartir la receta. Charlando en una plaza en La Asunción con su bolso cruzado y colgado al cuello; o redactando en su despacho en Farmamigos un comunicado en contra del ejercicio ilegal de la profesión farmacéutica.
Puede también estar conversando entre risas en algún improvisado encuentro en Tacarigua donde Hilda Mata; ir leyendo mientras viaja por la línea 5 del metro de Santiago; o posiblemente, esté dando a Carlitos los abrazos que se debían.
Para Rafael José Silva Figueroa † 28 de Abril de 2023