Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

viernes, 18 de febrero de 2022

Soñé que lo hacía

Durante la pandemia por la Covid-19 extendida en sus múltiples variantes, hemos tenido tiempo de encontrarnos, desencontrarnos y ver la muerte de tantos. Tener momentos con nada, poco y por suerte después, exceso de trabajo. También incorporar involuntariamente nuevas prácticas: Los sueños, sueños de hacer.

No puedo explicar que ocurre científicamente. Aumentaron los sueños, algunos los recuerdo y otros no. Particularmente en esta etapa de confinamiento discrecional, se hizo cotidiano estar en casa, saliendo sí es necesario.

Haber cambiado de forma brusca y prolongada las actividades acostumbradas, parece motiva y activa la fase REM al dormir. De ser así, podría validarse la teoría de interpretación de los sueños de Sigmund Freud, quién explicaba que los sueños podrían fundarse en deseos reprimidos.

Los sueños siguen siendo paradojas
Los sueños siguen siendo paradojas📸@jr_korpa
Se ha hecho recurrente en este extraño período de convivencia, donde el virus acecha 24 por 7, el soñar. Por ejemplo, hace unos días metí un gol y mi madre lo presenció; al levantarme de una breve siesta en el sofá, le conté: 

- Soñé jugaba fútbol y marcaba un gol. Ella empezó a reír como nunca, sin parar.

Te he visto patearlo, dijo entre risas.

Entonces parece que los sueños pueden relacionarse a las vivencias, deseos, necesidades no satisfechas o con situaciones premonitorias como se creía en el antiguo Egipto. Incluso puedes soñar con personas que no conoces; imágenes oníricas sin explicación, fuera de contexto, algunas con menos posibilidades lógicas a las que dar sentido.  

Al inicio del confinamiento hice una amistad en línea. Tras comentar algunos memes, publicados por esta, ácida, curiosa, intelectual, contemporánea y atractiva mujer, que llamaré Alexandra para resguardar su identidad; una noche le soñé. Visualmente no podía distinguirla, pero sabía era ella, típico en una quimera nocturna. Le encontraba en un lugar, asumía era mi amiga y le decía:

- ¿Te gustaría ir a comer? Ella respondió: ¿Cómo voy salir contigo sí no te conozco?

En otra ocasión, fantaseé con un partido de baloncesto. Estaba en una cancha donde he jugado muchas veces. Llegaba apurado al lugar, en la distancia veía el encuentro iniciado. Desde allí, examinaba los banquillos. Por el uniforme, el equipo más cercano no era el mío. Decidí ir directo al otro asiento, al llegar, tampoco ese.

- ¿Qué pasó con mi equipo?, pregunté.  

- Perdieron por forfeit, respondió el árbitro; mientras despertaba.

Por Simón Peraza Lazarde
@sapl42