Criterio Nuestro es el blog personal de Simón Adrián Peraza Lazarde. Un poco de mucho donde participan colaboradores escribiendo opinión, investigación y demás géneros periodísticos o literarios.

lunes, 16 de marzo de 2020

Vacaciones al deporte


Entonces si se pueden modificar los calendarios deportivos copados por las federaciones que se las arreglan para llenar cada semana, haciendo más breve los periodos de descanso de los atletas.

Mover fechas programadas es un imposible impensable en el deporte, todo debe marchar acorde a una planificación previa con el objetivo de producir dinero.

Estadios vacíos y deportistas en cuarentena 
Suspender una fecha de competición nunca había sido buena idea, es una excepción. Inclusive la salud de jugadores, personal y fanáticos pudiesen ser causales insuficientes que se solucionan de otras formas, por ejemplo: Jugando a puerta cerrada.

Pero, qué pasaría si llegase una enfermedad que no distinguiese entre directivos de clubes, presidentes de federaciones, fanáticos, atletas, ministros del gobierno, ni presidentes de países.

Redefinir calendarios se puede, donde se juegan 100 partidos podrían jugarse 80 o menos para que los deportistas destinen ese tiempo a otras diligencias como podría ser vivir.

El coronavirus referido como pandemia por la OMS se propaga vorazmente según medios y expertos de toda índole; él no distingue entre sexo, religión, política, fanatismo deportivo, ni tampoco cuanta lana se tiene la cartera.

Este virus nacido en China recorre el mundo al igual que juguetes, zapatos y cualquier manufactura asiática, esta vez obligando a los dueños del deporte a ceder lo inalienable.

Deportistas distanciados de sus rutinas han descubierto gracias a este período extraordinario, las bondades que puede dar un calendario con más descanso, vacaciones o licencias extras.

“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”, frase atribuida al escritor norteamericano y premio Nobel de Literatura John Steinbeck, pocas palabras que reflejan una verdad menospreciada. 
Max Sherzer junto a su mascota Rocco

Max Sherzer, lanzador y campeón de la Serie Mundial 2019 con los Nacionales de Washington motivado por la suspensión de la pretemporada e inicio postergado de la campaña en MLB, expresaba que: “Fue difícil con un receso corto de temporada definir el plan para esta primavera”.

Sherzer, además explicaba lo que seguro pasa por la cabeza de muchos deportistas en este momento: “Ahora estas dos semanas extras les dan a todos un respiro antes de regresar a trabajar. Puede ser un corto descanso necesario antes de empezar la temporada”.

Cuando termine la tregua, podría empezar la cruzada por ajustar almanaques con más descansos, no por virus o pandemias, sino por necesidad del ser humano a descansar, vacacionar, compartir, simplemente vivir.

Por Simón Peraza Lazarde
@sapl42

lunes, 9 de marzo de 2020

Margariteño comparte su vida entre la biología y la música

Juan Nicolás Caraballo estudia en la Universidad Central de Venezuela. Además, ejecuta la mandolina para la estudiantina de su alma mater y en la Orquesta Típica Nacional.

Son muchas las historias de margariteños que viajaron a Caracas para cumplir la educación superior en el recinto de estudios académicos más importante del país: la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Durante la formación, muchos de ellos combinan su tiempo de aprendizaje con el desarrollo de habilidades musicales, como el canto o la ejecución de instrumentos típicos.

Aunque no son tantos como en años atrás, por la dificultad de traslado y permanencia en la capital, insulares como Juan Nicolás Caraballo Marcano, proveniente de La Asunción, es uno de esos jóvenes que permanece fiel a su compromiso de egresar como biólogo en la UCV.

Con 22 años cursa el octavo semestre de Biología en la UCV, pero además de estudiar una carrera científica, es músico y ejecutante de la mandolina.

Caraballo comenzó con un cuatro, asistiendo a las clases donde sus padres le inscribieron desde los siete años. Al día de hoy, funge como primera mandolina de la histórica Estudiantina de la UCV.

Reconoce a la agrupación adscrita a la Dirección de Cultura de la universidad donde cursa estudios, como un lugar de aprendizaje.

"Además de mi participación en esa agrupación, también soy miembro activo de la coral de la Facultad de Ciencias", explicó.

Si bien la música vive en él, reconoce que intenta dividir su tiempo a medias para el estudio y la música.

"Es difícil, pero trato que la biología y la música sean 50 y 50".

Entre sus géneros musicales predilectos se encuentran los ritmos orientales, como valses, danzas, joropos y merengues.

En la actualidad, Juan Nicolás también pertenece a la Orquesta Típica Nacional, institución encargada de difundir la música venezolana con instrumentos típicos de cuerda en conjunto con sinfónicos.

"Hago suplencias como segunda mandolina, es otra experiencia muy gratificante", explicó.

Cada vez que regresa a la entidad insular, Caraballo acostumbra reencontrarse con sus orígenes.

"Vengo e interpreto música con la gente que solía tocar cuando estaba acá; tocar con mi ensamble, como si el tiempo no hubiese pasado".

En Caracas

"Solo cuatro margariteños conozco en la universidad, aún la gente se sorprende que estemos en Caracas", relata el mandolinista y futuro biólogo.

Con poco acento margariteño, explica que muy poco le han reconocido como ñero. "La gente en la capital cree que en Margarita todos hablamos rápido, quizás la televisión logró esa imagen. Hasta que no digo que soy de allá, ni se enteran".

Con mucha tranquilidad, Caraballo expresa el placer de ser un músico margariteño en Caracas. "Con mucho orgullo vivo mi gentilicio en la capital, lo represento".

Mandolina

Los géneros musicales del oriente de Venezuela incluyen en sus sonidos, notas y acordes que emergen de la mandolina, instrumento de cuerdas dobles. Este instrumento generalmente actúa como solista y se acompaña de cuatro, maracas y bajo, entre otros.


Por Simón Peraza Lazarde

Sol de Margarita 
Texto escrito para la edición del 05-01-2018