La respuesta más sencilla sería, no se te ocurra ser surfista en
Margarita. Ir a la playa a practicar un deporte que por cierto tiene
importantes exponentes en nuestra región, es un acto para el criterio de la policía
estadal (uniformes azules) que roza el delito. Llevar una tabla de surf dentro
o en el techo del carro, es suficiente causal para ser detenido en una alcabala
- y ser tratado cual delincuente más buscado-, pues se aplica a la perfección
el nuevo precepto del derecho, utilizado por los uniformados: Presunción de
culpabilidad.
- A la derecha
- Bájese del carro
- Voltéese y péguese contra el carro
- ¿Tienes droga en el carro?
- ¿Consumes algo?
Foto: CORTESÍA EL SOL DE MARGARITA |
Sucede cualquier día de surf en Margarita,
viajes solo, con amigos, con tu familia, con tus hijos, mientras sea visible la
tabla de surf, serás detenido e injustamente tratado, recibiendo, además frases
como las siguientes:
- Esto es un procedimiento normal.
- El 80% de los surfistas son drogadictos.
- Si no te gusta entonces no vayas a la
playa.
- Yo no te conozco, que sé yo si eres un
delincuente por eso tengo que revisarte.
- Nosotros también paramos viejas, no solo
surfistas.
Tristemente,
estas prácticas policiales son rutina de los uniformados (azules). En otros
países del mundo, el surf es parte del turismo, y la policía amablemente
interactúa con quienes lo practican. En Margarita, es una cotidianidad la
discriminación y el trato prejuiciado para con personas que tienen este deporte
como un hobbie, complemento de vida
para venezolanos, médicos, ingenieros, abogados, entre otros, que disponen horas
para el esparcimiento en una actividad al aire libre.
Ahora bien, en atención a las frases que
puedes escuchar de los funcionarios, es interesante reflexionar: La detención y
revisión repetida, es un procedimiento denigrante, no normal; Un porcentaje
alto de policías están involucrados en delitos, ¿Quién las revisa?; Las playas
son públicas, ¿no?; ¿No conocer a una persona es suficiente razón para dar pie
a estas actuaciones?; El lenguaje de un agente debe referirse con respeto a
cualquier ciudadano, los adultos, abuelos o ancianos también merecen ese
respeto.
Como venezolano, margariteño, como un ciudadano más, como surfista
eventual, como profesional, como hijo de alguien y padre de mi hija, en mi
nombre y de todos aquellos colegas que son detenidos bajo prejuicios e
inexistentes presunciones, por haber descubierto en el surf un deporte que es
vida, exijo respeto a la dignidad humana en estas horas, donde Venezuela
necesita rescatar el civismo y los valores humanos.
Simón
Peraza Lazarde
@sapl42